Según las tradiciones y las zonas geográficas dónde se encuentren, las Hadas reciben distintos nombres y se pueden presentar de distintas maneras, con diferentes ropas. Sus vestidos son vaporosos, de muchos colores que pueden ir cambiando de tonos. Tienen alas casi transparentes y son hermosísimas. Aman las fiestas, los bailes, la alegría y son muy sabias. Cuando deseamos pedirle un favor a un Hada debemos tener cuidado, ellas nos ayudarán; pero si nuestra intención no es pura, despojada de egoísmo o maldad y en nuestro corazón alberga la envidia nos quitarán sus favores sin miramientos dejándonos un amargo sabor. Los antropólogos saben que nuestros antepasados creían en estos seres y que algunas culturas, en especial los celtas les rendían homenajes y les construían monumentos religiosos y mágicos. Ellos depositaban hermosos ramos de flores e incluso alimentos para que les ayudaran en labores domésticas o agrícolas.
Se dice que las hadas pueden tomar forma humana y que se las distingue porque sus ojos son como estrellas que titilan cambiando de color.
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