lunes, 22 de octubre de 2012

Hadas Madrinas

Hadas Madrinas

Dicen que las hadas madrinas aparecieron por primera vez en cuentos franceses en el siglo XVIII. Previamente, las hadas de toda Europa habían ayudado a las personas generosas, educadas, afables, limpias y ordenadas, pero nunca se cruzaban en el camino de los humanos amenos que éstos, por casualidad, fueran  a parar a su mundo encantado.
Las hadas madrinas francesas se esforzaron por mejorar los modales de sus ahijados. En La Bella y La Bestia, por ejemplo, un hada madrina decide transformar a un príncipe por ser egoísta y gruñón  A veces , si un hada madrina desaprueba la forma en que los reyes educan a sus hijos, bien porque son crueles o imprudentes, puede llegar a separar al príncipe o a la princesa de su familia y llevárselos a su palacio, donde ella misma los criará.
No obstante, las hadas madrinas nunca están cerca cuando se las necesita; pregúntenle a Cenicienta: su hada solo apareció cuando la despiadada madrastra trató a Cenicienta como una triste sirvienta. Las seis hadas madrinas de la Bella Durmiente no lograron protegerla de su terrible destino: pincharse con un huso.
Así que a veces tener un hada madrina no significa tener una ventaja. Verdad?
Sin embargo cuentan las leyendas que aunque todo parezca obscuro y malo siempre, absolutamente siempre hay un fin oculto y perfecto. 
Todo lo que les sucedió a estos príncipes y princesas es un poco lo que nos pasa en nuestras vidas, cosas buenas y cosas malas, pero todo sirve para aprender a levantarnos. Por eso somos probados constantemente, para aprender de nuestros errores, de nuestras experiencias, de nuestro día a día. Sin estas pruebas no seriamos nada ni nadie.
No obstante siempre podemos recurrir a las hadas y su ayuda, solo tenemos que recordar que nuestro corazón debe ser puro y nuestras intenciones desprovistas de maldad.

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